Era un viaje europeo con sabor liguero. El sorteo suizo deparó visitar Villarreal. Un jueves con una eliminatoria en juego. El sevillismo en masa se trasladó a la ciudad castellonense y tiñó de rojo la repugnante 'jaula' de El Madrigal. Allí, aporreando la valla y dejándonos la garganta hicimos casi tanto ruido como nuestros jugadores, que nos siguen haciendo soñar.
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