martes, 26 de abril de 2011

No me toques las pelotas

En primer lugar, se me olvidó añadir en la crónica anterior el nombre de Don Javier Varas, Javi Varas, excelente portero. Sin su ayuda, estoy seguro de que el Sevilla no hubiera conseguido la victoria contra el Villareal. Su actuación fue, sencillamente, espectacular, con varias palomitas y salvando al equipo del desastre.

Ya haciendo mella en el título y como prometí en la anterior crónica, no me gustó absolutamente nada el lamentable espectáculo antifutbolístico a los que jugaron los recogepelotas del Sevilla. Eso de tirar del balón mientras que un portero saca o mientras que el equipo rival está atacando es juego sucio, es antifutbolístico.

El fútbol, como todos sabemos, está lleno de sentimiento y de espectáculo para el aficionado objetivo. Si el juego se para cada dos por tres por culpa de varios recogepelotas, este deporte no sería lo que es hoy día, ni más ni menos que el deporte rey. Desde aquí condeno cualquier acto similar, sea en el Ramón Sánchez-Pizjuán o en cualquier otro estadio.


Pero está ahí el quid de la cuestión. Esto lleva pasando años tras años en, seguramente, todos los estadios de fútbol. ¿Por qué ahora se ceba la prensa contra el Sevilla? Se le está dando más bombo a esto que al partido de fútbol en sí, que fue un auténtico partidazo. Aún así, la prensa de este país debe de hacer autocrítica y pensar por qué se sanciona siempre a los mismos. En el sur es muy fácil hacerlo.

Yo también critico la botella lanzada en el Vicente Calderón que tiraron a Palop. La botella, que no era de plástico precisamente, sino de cristal, casi impactó en la cabellera del portero sevillista. Nadie, absolutamente nadie, ningún medio de comunicación madrileño, ningún periodista de la meseta, le dio tanta bola a este hecho que le puede costar la vida a una persona humana.

Tampoco se comenta por los medios de comunicación madrileños los cánticos en contra a los aficionados sevillistas, eso que dicen de “sevillanos, yonkis y gitanos”, como tampoco se comenta lo que suelen cantar en diversos estadios de Madrid sobre Del Nido (“Del Nido muérete”).

Tampoco se le da tanta bola a la famosa pancarta de los aficionados del Real Madrid en la final de la Copa del Rey contra el Barça. Vamos, tanta bola no, sino que no se habla de ello. La pancarta, que rezaba el lema de “Happy Birthday 18”, estuvo cerca de media hora en las vallas de Mestalla. Una clara alusión al cumpleaños de Adolf Hitler, de ahí el 18, por las letras del abecedario: el 1 por la A y el 8 por la H). Sin embargo, sí se mencionó la ensordecedora pitada al himno de nuestro país.

¿Qué pasa? ¿Que echar baloncitos al césped es muchísimo más inhumano que desearle la muerte a una persona? ¿Echar baloncitos al césped hace más daño que una botella de cristal? ¿Echar baloncitos al césped es muchísimo peor que desearle feliz cumpleaños al mayor asesino de la historia? Donde van ustedes a parar, señores periodistas.

Pero, ojo, la prensa nunca habla de goles anulados ilegalmente tanto en la ida como en la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey. Oye, que echar un baloncito al césped es muchísimo más dañino que un árbitro te anule no uno, sino dos goles legales en una misma eliminatoria. Y, vamos, ya un vídeo motivacional para pasar de eliminatoria es increíblemente amenazador y crea conflictos entre aficiones. Pero, eso sí, meterse con el dialecto andaluz está bien hecho. Quieren que el Sevilla carguen contra los recogepelotas cuando el tal Robertito Palomar en cuestión sigue en su puesto de trabajo, sin pedir ni siquiera perdón.

En el mismo partido del Sevilla-Villareal, un jugador del Sevilla estaba en el suelo y el Villareal no la echó fuera (no tenía por qué hacerlo). Eso es falta de deportividad y, queridos amigos, de eso tampoco se habla. Como tampoco se habla de las palabras del segundo de Garrido, entrenador del Villareal (que, casualmente, es su hermano), diciendo que, ojo y transcribo, “la afición del Sevilla es una basura”. Pues mira, Garridito (bis), usted está envidioso de que el Sevilla tiene una afición que más quisiera tener cualquier equipo de primera, y más el suyo, que no tiene, que es un equipo reciente. Y, vamos allá, los árbitros sí que se pueden confundir en innumerables ocasiones, por Dios.

De lo que no se quejan seguro es de que el césped del Bernabéu, que está más largo de lo normal para que el Madrid haga así su juego. Pues mirad, buitres periodistas de Madrid, eso tampoco es fútbol. O sí, al igual que también es fútbol tirar baloncitos al césped. Cada campo tiene su manera de hacer su fútbol.

Pero no, la prensa solo critica al Sevilla o a cualquier equipo del sur, que para eso están los andaluces, para recibir críticas. Total, si somos la lacra de España...

Fotos del Mallorca - SFC

Con motivo de la trigésimo primera jornada de la Liga BBVA el Sevilla se desplazó hasta la ciudad de Palma dónde jugo con el Real Mallorca, partido que finalizó con un empate a 2 que no contentó a nadie. Por supuesto la "Vengo a Verte" no quiso faltar a dicho encuentro y hubo representación del grupo por medio de AJ.B y otros simpatizantea que aún no pertenecen al grupo. Del desplazamiento, que duró de jueves a martes gracias a Ryanair y sus precios, poco hemos sabido y sólo disponemos de las siguientes fotos del Iberostar Estadio.



Actualización del grupo, marzo-abril.

Durante el pasado pasado mes de marzo comenzamos un serie de proyectos que han tenido su finalización en el actual mes de abril. Estas iniciativas consistían en unirnos a la blogosfera sevillista (http://blogosferasevillafc.blogspot.com/) en la que en la actualidad ocupamos el puesto 87, y a la Asociación de Sevillistas en la Red, "Pepe Brand" (http://www.sevillistasenlared.net/) de la cuál formamos parte desde el pasado 9 de abril. Gracias a ambas agrupaciones por dedicarnos un espacio en sus páginas.


De igual modo desde hace apenas 2 semanas nos hemos sumado al Twitter. A través de @Vengoaverte, podéis conocer las novedades del grupo y poneros en contacto con nosotros, al igual que por medio de vengoavertesfc@gmail.com. Un saludo.

lunes, 25 de abril de 2011

La resurrección del Sevilla

Un partido con tintes europeos se jugaba el último día de la semana grande de Sevilla. Sevilla y Villareal demostraron, sobre todo el equipo visitante, un buen fútbol... cuando lo hubo. Los lanzamientos de balones al terreno de juego del Ramón Sánchez-Pizjuán eclipsó por completo los tres puntos que consiguió el equipo nervionense ante sus aficionados.

Domingo de Resurrección en Sevilla, día perfecto para que conjunto hispalense se reencuentre con la victoria después de dos partidos sumando un punto de seis posibles. Toda la semana con inestabilidad en cuanto al tiempo se refiere: que si un sol increíble el Domingo de Ramos, que si llueva el Jueves Santo, que si nublado el Sábado Santo... Y llegó el Domingo de Resurrección, con nubes mañaneras, diluvio increíble un par de horas antes del partido y cielo totalmente despejado durante todo el encuentro.

Todos los equipos tienen su campo maldito y, desde luego, el Ramón Sánchez-Pizjuán lo es para el Villareal. De dos veces que ha venido esta temporada, dos veces que ha perdido, recibiendo seis goles en total. De doce veces que ha venido en liga (contando la promoción), ha perdido diez. Esta vez, en el día de ayer, perdió por tres goles a dos, aunque su juego es espectacular. Para mí, el que mejor fútbol hace después del Fútbol Club Barcelona.

Instantes antes del pitido inicial de Undiano Mallenco (con su fiel vasallo Fermín 'el del banderín'), Carlos Marchena, internacional con la Selección Española salido de la carretera de Utrera recibió una placa conmemorativa por su consecución del primer Campeonato del Mundo. Cosa que no fue del agrado de todos los fieles de Nervión, ya os contaré más adelante por qué. Sin embargo, esto me hacía presagiar otra derrota del Sevilla: siempre que se le hace un acto a un jugador rival antes del partido, el Sevilla pierde. Gracias a Dios, me equivoqué.

Parecía que en los primeros compases del partido el Villareal estaba totalmente desaparecido y que no llevaba acabo su juego tan espectacular que os comentaba antes. El gol más tempranero del Sevilla en esta liga fue ayer, en el minuto 8. Una tremenda cabalgada desde el medio del campo 'made in Zokora' y con una gran velocidad punta hizo que los defensas del Villareal le pararan en forma de falta. Falta que Ivan Rakitic transformó de forma magistral, haciendo Diego López la estatua, ya que no pudo hacer otra cosa.


Desde el pitido inicial el Sevilla salió a comerse al Villareal, cosa que no hizo ante el Getafe y Mallorca, por desgracia. Tanto es así que Negredo, minutos después, consigue el segundo para los rojiblancos. Buen desmarque, ganando la espalda a la defensa y un gol de bellísima factura, elevando el balón ante un Diego López que, en esta ocasión, tampoco pudo hacer absolutamente nada.

Conforme pasan los minutos, el Villareal iba de menos a más y hacía desaparecer el gran fútbol que hacía el Sevilla. Buena pegada de los de Nervión en la primera mitad y un juego de rapidez y, aprovechándose de ello, los delanteros del Sevilla, Rodri y Negredo, ganaban contínuamente la espalda de los defensas castellonenses.

Como ya decía, poco a poco el Villareal hacía desaparecer al Sevilla. Tanto es así que en los últimos minutos del primer tiempo, Fazio saca un balón de debajo de los palos evitando así el primer gol del submarino amarillo. Llegamos al ecuador del partido con un resultado más que favorable en el electrónico.

Tras el descanso, todo cambió. El Sevilla esperaba, esperaba y esperaba a un Villareal que se iba al ataque. Acortó distancias por medio de, evidentemente, Carlos Marchena, el de la placa. El hombre que ha repartido a diestro y siniestro durante todo el partido mete un gol que hace florecer los antiguos fantasmas sobre Nervión. Pasó lo que tenía que pasar y ahora era el Villareal quien dominaba el encuentro.

Manzano quita a Rodri (a ver si se da cuenta de una puñetera vez que Rodri no sirve de enganche, sino de delantero centro) y mete a Romaric. Un cambio inexplicable para la afición sevillista que, encima de silbar el cambio, silbó al propio jugador costamarfileño. Pero lo que son las cosas, el tercer y último gol del Sevilla lo mete el mismo Romaric y, ahora sí, momento de euforia para los aficionados que ya no se acordaban de la monumental pitada minutos atrás. Gol a pase del vallecano Negredo que le vino al Sevilla como agua de mayo, porque era el momento en el que el Villareal peor le ponía las cosas al Sevilla.


Once minutos duró con dos goles de ventaja sobre el marcador. Rossi, pedazo de futbolista, anota un auténtico golazo y pone el 3-2 en el marcador en el minuto 72. Con 18 minutos por delante y el Sevilla ganando de uno, se presagiaba lo peor. Zokora no existía y Rakitic no podía abastecerse él solo en el centro del campo.

En los últimos instantes de partido, Rossi disparó al póster después de una jugada en la que un jugador sevillista se encontraba tirado sobre el suelo. Al Villareal, un equipo que yo me creía que era señor, le faltó deportividad. Pitido final, locura en Nervión tras un partido intenso y tres puntos importantísimos para amarrar Europa por octavo año consecutivo.

No obstante y debido a la extensión de la crónica, me gustaría mencionar algunas cositas. No es tolerable el tiro de balones por partes de aficionados o recogepelotas al césped con el balón en juego como tampoco lo es el árbitro. Dicho esto, haré en los próximos días otro artículo sobre algunas cosas que el partido nos ha dejado, extrafutbolísticamente hablando.

lunes, 18 de abril de 2011

Los valores brillaron por su ausencia

Para ganar un partido de fútbol hay que tener coraje, ganas, predisposición, actitud, aptitud, alma, espíritu, ocasiones, fútbol, goles, etc. Todo esto le faltó a un Sevilla totalmente desconocido ante un Getafe que, por segunda vez esta temporada, resucita gracias al equipo rojiblanco.

El Getafe ha ganado por la mínima con toda justicia en el Coliseum Alfonso Pérez, incluso siendo un resultado bajo, por culpa de un Sevilla que no ha hecho absolutamente nada sobre el terreno de juego. Como ya pasó en Mallorca, el Sevilla se dejó todo en la ciudad, aunque esta vez no solo han sido los primeros 45 minutos, sino todo el partido. Imagen lamentable y culpa de jugadores y, como no, de entrenador, sobre todo y para mi de éste último.

Sacar una alineación con cinco defensas ante un equipo que estaba totalmente roto, con un entrenador que tenía la soga al cuello, es totalmente deleznable. Se le puede jugar así a un Villareal que ataca, ataca y ataca, como ya ocurrió y se le venció, pero no al Getafe, llevando la friolera de nueve partidos sin ganar. Imagen totalmente negativa en la que, encima, el mejor de los nervionenses fue Javi Varas, el portero, salvando incluso los papeles en más de una ocasión.

Lección táctica de Míchel, que todavía tiene que estar pensando en como contrarestar el esquema del profesor Manzano. No es que el Getafe hiciese mucho (y sin Manu del Moral y Boateng, los dos pilares del equipo madrileño), sino que el Sevilla estuvo anodadado durante los 90 minutos. Hasta la entrada de Luis Alberto, en el minuto 60, el Sevilla había tirado a puerta en cero ocasiones y el Getafe, once.



El primer tiro a puerta del Sevilla es en el minuto 68. Es inconcedible que un equipo que estaba pensando en la Champions tire una vez entre los tres palos en todo el partido. Pero era normal, cuando se sale a empatar, se pierde, y cuando se intenta no encajar goles y terminar con el 0-0 inicial, más aún.

Decía Manzano en el post partido que sacó a cinco defensas para restar las bandas del Getafe. Un Getafe que nunca ha jugado con bandas más que nada porque nunca ha jugado a nada, un Getafe que estaba totalmente muerto antes del partido. Lo peor de todo esto es que se confundió también en los cambios.

Nula visión del actual entrenador del Sevilla (en el paro al terminar los seis partidos que quedan) y nulo también a la hora de llevar los tempos de las sustituciones. Se marchaba Rodri para que Luis Alberto entrara, cuando el que necesitaba irse era Renato. Dibujo táctico pésimo tras los cambios, con Dabo como extremo izquierdo y Cáceres de extremo derecho. Dos defensas como atacantes. Lamentable que un equipo que se jugaba la vida en este partido para seguir con la esperanza de la Champions tenga como atacantes a dos defensas.


Muy mala imagen también de los jugadores, arrastrándose durante los 90 minutos. Sigo sin comprender porque sale Renato de titular, un jugador que esta en un estado de forma nulo. Gary Medel se encontró con su quinta amarilla y no podrá jugar ante el Villareal. Vaya baja esa. El gol del Getafe fue por un fallo incomprensible de Fazio, que lleva haciendo una buena temporada desde que se recuperó de la lesión.

Decepción absoluta para los sevillistas, sobre todo para los que se desplazaron a Getafe. Yo soy del Nido y les doy el dinero que les costaron las entradas. Se sentirían totalmente robados por parte de un entrenador que, si por mi fuese, estaría fuera del Sevilla desde el día de ayer.

lunes, 11 de abril de 2011

Un punto que puede ser definitivo para los objetivos

El Sevilla gana un punto respecto al cuarto clasificado, el Villareal, tras el empate a dos en el Iberostar Estadio, aparte de un amargo sabor de boca. Una malísima imagen en el primer tiempo hizo que los tres puntos no volaran para Nervión y la Champions queda a ocho puntos, con 21 por jugar.

El entrenador del Sevilla, Gregorio Manzano, recibido con ensordecedores pitos por la parroquia bermellona, su antigua casa, sacó un once totalmente fuera de lugar. Un trivote con Rakitic como enganche, Negredo arriba y Diego Capel a banda cambiada. Cada vez que sale el de Albox por la banda derecha, el Sevilla juega con uno menos.

Desastrosa primera mitad del Sevilla que no hizo absolutamente nada, andando por el terreno de juego y sin chispa. Así es imposible conseguir algo positivo porque en el fútbol hay que tener movilidad, rapidez, desmarque, hay que ser voluntario, pedir el balón para llevar las riendas del partido, luchar con la casta y el coraje que siempre ha tenido el Sevilla, dejarse la piel en el campo... y el Sevilla, en esa primera mitad, estuvo escaso de todo lo mencionado.

La banda derecha estuvo nula durante toda la primera mitad, con un Capel totalmente perdido, sin desborde porque el canterano está acostumbrado a marcar regates hacia fuera, y en esa posición es imposible. Romaric, que estuvo con una lentitud pasmosa, no sé por qué sale de titular cuando el jugador, a mi gusto, se encuentra en un estado psigológico pésimo. Recuerdo que el jugador costamarfileño tiene a su familia en su país natal, con una guerra civil de por medio.

El profesor Manzano tampoco debe investigar con Rakitic en la media punta, cuando ya es sabido por todos que lo hace mucho mejor en el centro del campo acompañado de Medel. Si ya hay un centro del campo consolidado, no lo muevas. Para colmo, la defensa tampoco ayudó demasiado, con su caraja de siempre y que tanto tiempo llevábamos sin ver.

Para mí, la clave de la primera parte estuvo en la expulsión clara que el árbitro del encuentro, Turienzo Álvarez, se comió en el minuto 14. Castro derribó por detrás a Martín Cáceres y Turienzo se hace el loco, cuando sabía que el jugador bermellón tenía ya una amarilla. Creo que si hubiera pitado la falta y, por consiguiente, hubiera mostrado la segunda amarilla, otro gallo cantaría durante el resto del encuentro.

Tanto es así que un minuto después es el propio Castro el que da una buenísima asistencia al japonés Aki, que remata de cabeza completamente solo. No sé qué pasa que el Sevilla es la cenicienta para los vírgenes del gol durante la temporada: siempre nos anotan goles jugadores que no lo han hecho durante el resto de la temporada.


No obstante, en el único tiro de la primera parte por parte del Sevilla se tranforma en gol. Negredo anota de penalti su duodécimo gol de la temporada. Penalti que, además, se cocinó él y que Turienzo no mostró la clarísima tarjeta amarilla a Ramis por semejante penalti. Este gol pudo marcar un antes y un después en el devenir del encuentro. Pero no fue así.


Después de la igualada, Manzano decide quitar a Romaric del terreno de juego y meter al canterano Rodri para que éste jugara de enganche y el croata Rakitic bajara al centro del campo. Acertó en el cambio porque el costamarfileño no aportó absolutamente nada en el partido. Además, cambia a Capel de banda por Perotti. Creo que se confundió en la alineación titular y más vale tarde que nunca estos cambios.

Pero de nuevo sufrimos un mazazo. Poco antes del pitido que marcaba el final de la primera parte, De Guzmán, solo y sin que ningún defensa del Sevilla le saliera al paso, anota un gol desde las proximidades de la frontal del área en el que Javi Vara no pudo hacer nada ante tremendo disparo. Hizo bien Gary Medel en no entrarle, ya que venía por detrás y tenía una amarilla. 2-1 al descanso y charla del entrenador del Sevilla en los vestuarios para cambiar el rumbo del partido.

Y parece que funcionó. En los primeros compases de la segunda parte, el Sevilla dispuso de dos claras ocasiones de gol. La primera, tras un disparo de Capel que Aouate supo blocar de forma inverosímil; y la segunda, aún más clara, tras un cabezazo a puerta vacía de Negredo, tras centro de Capel, que, increíblemente, pica en demasía y se marcha por encima de la madera. La cara del vallecano, al igual que la de los sevillistas, era un poema.

El Sevilla salió a por todas en la segunda mitad y así se consiguió el empate final. Cáceres, que se multiplicó tal cual pan y vino en la última cena en defensa y en ataque, centró al corazón del área. Inexplicablemente, el portero del Mallorca no logra agarrar el esférico y el rechace le cae a Rakitic en el borde del área. Empaló con su izquierda y anotó así el 2-2.


Después del empate conseguido, hubo ocasiones por los dos bandos. Por parte de los baleares, De Guzmán tuvo de nuevo un gol que salvó Varas. Y ya con el tiempo casi cumplido, Rodri, mal colocado, la tuvo de cabeza, pero le dio flojo.

Con este punto, el Sevilla sella prácticamente su clasificación para la Europa League y se coloca a ocho puntos de su objetivo inicial. Es difícil, muy difícil, pero no imposible.

lunes, 4 de abril de 2011

Jornada redonda para los de Nervión

Nueva y merecida victoria para el conjunto del profesor Manzano ante un más que débil Zaragoza que nos coloca en la quinta posición, siempre y cuando el Athletic de Caparrós no gane esta noche, y a nueve puntos de la cuarta plaza, ocupada por el Villareal. Jornada redonda para los nervionenses que sirve para subir un peldaño más en sus aspiraciones europeas.

Se iniciaba el día con todos los chavales de la Escuela de Fútbol Antonio Puerta sobre el césped del Ramón Sánchez-Pizjuán. Algunos de ellos, en un futuro y casi con total seguridad, vestirán la camiseta del primer equipo. Manzano sacó para el partido su once tipo que lleva varias jornadas implantado. Esto sucede desde que el Sevilla solo y únicamente esta en una competición, la Liga, en la que no se puede rotar día sí día también. Los titulares deben ser titulares y los suplentes, suplentes, jugando de inicio los que en mejor estado de forma se encuentran.


Los rojiblancos arrancan el partido bastante bien, encerrando al Zaragoza del siempre polémico Aguirre en su área y esperando al contragolpe. Tiene la pelota y ocasiones para abrir la lata, pero no es hasta el final de la primera parte cuando lo hacen. Buena internada por la banda derecha del canterano Navas, como no podía ser de otra manera, y asistencia rasa para que Perotti marque casi a placer después de que Negredo no llegara. Esto ocurría en el minuto 42 y con el 1-0 campeando en el electrónico se llegó al descanso.

Poco duró la ventaja del Sevilla. Al inicio de la segunda parte, en el minuto 46, Jarosik cabecea de forma magistral una falta lateral sacada a propósito al primer palo. Golazo del defensa checo que, para mi gusto, es un pésimo central, un aseado centrocampista y un gran delantero. Es el típico lanzamiento de la típica falta que todos sabemos que va a ser gol.

Gracias a Dios, no hubo que esperar mucho tiempo para que el Sevilla se vuelva a adelantar en el marcador. Kanouté transforma un riguroso penalti cometido sobre Cáceres y pone el 2-1 para los locales. En este lanzamiento desde el punto de la pena máxima, Kanouté se lesiona y es sustituido por el brasileño Renato, muy en baja forma.

Dicen que Kanouté se debería jubilar porque está viejo, pero este gran jugador y mejor persona debería de tener un contrato vitalicio en el Sevilla. Fue salir y el equipo dio un bajón considerable en cuanto al juego se refiere. Por cierto, el otro día inauguró la ciudad de los niños en Bamako, Malí, con lágrimas en los ojos. Cuenta su familia que es la primera vez que le ven llorar en público.

Siguiendo con el partido y con la entrada de Renato, parecía que el Sevilla iba a dominar mucho más el centro del campo y, por ende, el partido, pero no fue así. El Sevilla parecía que jugaba con diez porque Renato, aunque me duela decirlo, ya no está para jugar al fútbol. Los últimos meses está totalmente desaparecido en combate.

El Zaragoza, al ver la pasividad del juego del Sevilla, se creció. El partido estaba tanto para el 2-2 como para el 3-1. Por suerte, llegó el 3-1, de penalti de nuevo, cocinado y comido por Negredo, en el minuto 92.

Tuvimos mucho sufrimiento ante un rival que esta en lucha viva por el descenso y que, en principio, debería de haber sido un partido más que cómodo. Tres puntos, quintos con un partido más que el Athletic, a nueve puntos de la Champions y tres más el golaverage sobre el octavo clasificado, el Atlético de Madrid. Encaramos el tramo final de liga con bastante confianza y esperanza.