jueves, 12 de mayo de 2011

En el fútbol hacen falta cojones

Un Osasuna totalmente hundido en lo más bajo de la clasificación hace sonrojar al Sevilla, un equipo que se está jugando una clasificación europea, aunque parezca mentira por la imagen que dio ayer. El conjunto navarro ganó por la mínima al conjunto andaluz con una segunda parte magistral.

El Osasuna se medía en su feudo, el Reyno de Navarra, a un Sevilla que, con la victoria, sellaba matemáticamente su octava participación consecutiva en Europa. El Osasuna, con el objetivo de conseguir la victoria para tener mucho más cerca la permanencia, estuvo apoyado en todo momento por su afición. Y es que, una de las cosas que más me gustan del Osasuna es eso, su afición, convirtiendo, casi siempre, el ambiente de casa en un ambiente totalmente hostil para el contrario, cosa que pasa en muy pocos estadios de primera.

Manzano, con una plaga considerable de lesiones, se arriesgó en la alineación titular con el canterano Bernardo en la zaga y con Fazio como medio centro, acompañando a Medel. El debutante en primera y futuro jugador de la plantilla se encontró muy nervioso y tuvo fallos bastante importantes atrás.

Una muy buena primera parte del Sevilla hizo que consiguiera dos goles, obra ambos del vallecano Negredo. Un equipo lleno de profesionales de los pies a la cabeza, con casta y coraje, con un lavado de imagen de aquel fatídico 2-6. Era otro Sevilla. Pero es que, a partir del segundo gol, el Sevilla se desinfló. Y eso que con la victoria virtual de los nervionenses y el empate del Espanyol nos lo dejaba bastante fácil para maquillar la temporada.




Salimos en la segunda mitad con una caraja impresionante. Antes de cumplir el primer minuto (sí, sí, leéis bien, primer minuto), Kike Sola anota el primer gol para los pamplonicas y se vienen arriba. A un equipo que se está jugando la vida no se le puede dar aire, hay que ahogarlo, matarlo futbolísticamente hablando. Pero no.

El Sevilla era otro, como decía. Ya no tenía la posesión de balón, el Osasuna era el que atacaba, jugábamos con once jugadores en nuestro campo. Un esperpento. Y el que juega con fuego se termina quemando. Gol que nos mata. A falta de 10 minutos, nos hacen el empate. El colmo de los colmos. Y, para variar, en el último minuto nos hacen el tercero.

Se vuelve a repetir la imagen que dimos contra el Real Madrid pero esta vez ante un equipo que se jugaba el descenso. Parecía que el que iba a UEFA era el Osasuna y el Sevilla era el que se jugaba el descenso. Otra noche negra y van dos en cuatro días, porque vaya como está el equipo, psicológicamente muerto.

Nos han hecho nueve goles en dos partidos, llevamos 58 (que se dice pronto) en contra. Manda huevos que un equipo que está luchando por octavo año consecutivo por entrar en Europa sea el quinto equipo más goleado de la liga. Imagen nefasta y vergüenza que se dejaron los jugadores en el campo.

La verdad es que el Sevillismo está dolido, muy dolido, porque los jugadores que representan a su institución no corren sobre el campo, no hacen absolutamente nada. Y eso lleva a la impotencia a los aficionados sevillistas, que le echan la culpa al entrenador.

Y ojito porque el partido del domingo lo jugamos sin Medel ni Zokora por sanción y sin Rakitic, ni Navas, ni Cáceres, ni Navarro, ni Alexis... Menuda mala suerte la que tenemos. Pero, eso que no quepa ninguna duda, sea de quien sea la culpa de la actual situación sevillista, a los aficionados poco nos importará el domingo, porque volveremos a animar como siempre hemos hecho.

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