martes, 17 de mayo de 2011

Una victoria son sabor europeo

Con la victoria de ayer, el Sevilla se mete, no por primera, ni segunda, ni tercera, ni cuarta, ni quinta, ni sexta, ni séptima, sino por octava vez consecutiva, que se dice pronto, en Europa. Un auténtico mérito para el trabajo que, desde que entramos por primera vez en 2004, ve sus frutos año tras año. Esta vez ha caído la Real Sociedad en el Ramón Sánchez-Pizjuán, con una entrada de alrededor de 40.000 espectadores, que se despedía así de otra temporada junto a los suyos.

Desde antes de 2004, el Sevilla jugó competición europea, entre ellos el partido de Copa de Europa contra el Benfica, siendo el primer club andaluz en competir por la máxima competición continental, ocho años. Desde 2004, el Sevilla ha igualado ese número. Ya van 16 temporadas las que jugamos en Europa, y las que nos quedan.

La semana de la afición, que empezó tras el lamentable resultado cosechado contra el Real Madrid, ha tenido como culmen un resultado fantástico, aunque la derrota del miércoles contra Osasuna, hacía presagiar lo contrario. Minutos previos al partido y antes del himno del centenario sevillista, el internacional griego Vassillis Tsartas, exjugador del Sevilla y uno de los grandes ídolos del sevillismo, salió al centro del campo para hacer el saque de honor y recibir un homenaje por los suyos durante cuatro años.

El que viene a empatar, pierde, eso es ley de vida y eso es lo que le pasó al conjunto vasco. Un maravilloso Kanouté, que hizo dos goles, y Negredo, sellaron una victoria que, como ya he dicho más arriba, nos pone por octavo año consecutivo en competición europea. Un Sevilla que supo manejar a la Real a su antojo, con toque y clase, con internadas por las bandas y con pegada, mucha pegada, aunque el travesaño, de nuevo, hizo que el resultado no sea más abultado.

Excelente el partido del gigante de Malí. No sé qué haremos sin él y sin su manera de bajar el balón al suelo, sin su manera de regatear, sin su manera de recibir el balón en el centro del campo, sin su manera de animar a todo el vestuario, sin su manera de marcar goles... sin su manera de jugar al fin y al cabo. Pero no sé si es mejor dentro o fuera del campo. Qué grande es el mejor, para mí, jugador de la historia del Sevilla. El primer gol que anotó, en el minuto 53; el segundo, siete minutos más tarde.




Pero cuando el 2-0 campeaba a sus anchas en el marcador, el tremendo despiste de la zaga sevillista hizo que, en el minuto 71, Agirretxe consiga acortar distancias. El Sevilla, esta temporada, siempre ha sufrido y no podía ser menos hacerlo por última vez ante su público. Pocos minutos después, la Real tuvo una ocasión clarísima de gol, pero gracias a Dios, no la materializó.

De nuevo estaba el aficionado nervioso, pensando en que se nos volvería a escapar tres puntos. Pero ahí está Negredo. El vallecano anotó el gol de la tranquilidad para los nervionenses a falta de 10 minutos para el final. Gol que, de nuevo, dedicó a su hija, presente en Preferencia del Sánchez-Pizjuán.

Enorme la temporada de Negredo. Ha tenido un cambio totalmente de actitud, aptitud y ganas respecto al Negredo del año pasado, que estaba absolutamente negado. Su decimooctavo gol de la temporada es el que consiguió, quedándose a uno de su récord personal en una liga y pudiendo ser, a falta de una jornada, el pichichi nacional. Y parece mentira que no vaya a la selección.

Sin un gran fútbol pero siendo bastante superior a la Real Sociedad, el Sevilla ha conseguido la victoria que maquilla la temporada. Porque, para mí, ha estado al borde del fracaso. No ha sido mala la temporada gracias, en parte, a esta nueva clasificación europea, pero tampoco ha sido buena, cuando el objetivo marcada a principio de curso fue la clasificación para Champions.

Aparte de fútbol, ayer en Nervión hubo ovaciones y despedidas. Agradecimiento a Renato, un humilde brasileño que se convierte en el jugador extranjero que más veces ha vestido la camiseta del Sevilla. Para mí, ha sonado a despedida también, pero él dice que quiere acabar su contrato con el Sevilla. Este verano se decidirá el asunto.

Despedida para el Comandante Drago. Enorme el serbio. Vino como sustituto de Sergio Ramos cuando se le vendió al Real Madrid y, no solo ha igualado al camero, sino que le ha superado, dejándolo en la sombra. Un jugador que ha tenido coraje, que siempre ha defendido al Sevilla con capa y espada. Un jugador de los que ya pocos quedan en los equipos de fútbol. Una pena que se retire, pero es que la edad junto a la lesión, han hecho que únicamente haya jugado los últimos partidos de esta temporada.




Y, como no, ovación también con aires de despedida a Don Frederic Oumar Kanouté, el grande. Tiene ofertas por parte de un equipo de Qatar y otro de Estados Unidos, pero Del Nido no quiere venderle. Un jugador que sobran las palabras cuando se habla de él. Un jugador inmenso y humilde, muy humilde, y grandísima persona fuera del campo.

También recordar al Sevilla Atlético, que han quedado segundos en el grupo IV de Segunda B. Los jugadores de Tejada, que han hecho un temporadón increíble, se han clasificado para la liguilla de fase de ascenso a Segunda y les ha tocado el Real Unión de Irún, con la ida en el Stadium Gal y la vuelta en Sevilla, con campo aún por determinar. Aunque, creo, será en el Ramón Sánchez-Pizjuán.

Hasta aquí la penúltima jornada del mejor equipo de Andalucía, la última en su feudo. Ahora solo queda la visita en Cornellá donde conseguir los tres puntos tiene que ser obligatorio para no jugar la fase previa de la Europa League. Y así, tener un mes más de descanso, aunque los jugadores no se lo merezcan. La semana que viene diré mis opiniones acerca de la temporada.

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