No habían pasado ni 48 horas cuando otro desplazamiento nos esperaba. Dos vengoavertenses (S.M.A.O. y A.B.) y un caditano (J.C.). El socibus nos esperaba a las 8 de la mañana para brindarnos más de 6 horas de bus, risas y alguna que otra cabezadita. Cuando parecía que arrancaba el vehículo, A.B. se encargó de reorganizar las personas del autobús obligando a una señorita (creo que canariona) a adelantar su posición y dejarnos las plazas finales para nosotros, que no somos los Biris pero apretamos los dientes si alguien se sienta en nuestro sitio. Una vez solucionado el "tema asientos", echamos a andar sin escolta pero con croissants de chocolate. El trayecto fue soleado y cayendo bien al carril de la izquierda cuando se necesitó. Hubo cánticos de "Córdoba es un pueblo de Jerez" al pasar junto a El Arcangel auspiciados por un S.M.A.O. que llevó la voz cantante durante la ida.
Llegada a Madrid a las 14:10 con magnífica temperatura para la práctica del BigKing. Y eso hicimos. Abandonamos la estación y cruzamos temerariamente la amplia calzada para adentrarnos en un Burger King, empresa de la que S.M.A.O. tiene un 5% de acciones. La comida, también sin escolta, transcurrió por los cauces debidos y llegó la hora de ir al servicio. S.M.A.O., haciendo gala de su espíritu aventurero, se dispuso a "liberar a Willy" en el baño masculino creyendo que el habitáculo solo disponía de un water, lo cual fue demostrado como incierto cuando un joven vestido como Marylin Manson salió de una puerta que S.M.A.O. creía que daba a la cocina. Este hecho puso nervioso al espigado iltra, el cual "cortó el grifo" y volvió a la mesa para relatar el suceso. Ahí empezó el cachondeo. Tras una interesante sobremesa con conversaciones variopintas, nos dirigimos al metro. Una rocambolesca combinación de vagones, escaleras mecánicas y andenes nos esperaba hasta los aledaños del Vicente Cabezón. Salimos de la boca de metro y echamos a andar entre puestos de bufandas que ya tengo y camisetas con la serigrafía de MARBELLA y BANDAI por doquier. Como íbamos bien de tiempo, pasamos velozmente por la zona donde hacen previa los aficionados radicales colchoneros. Llegamos a la puerta 3 del túnel del estadio con el tiempo suficiente de acordarnos de la familia de quien nos cortijeó las entradas cientos de veces.
En el minuto 7 de juego aparecimos por la esquina de Preferencia con Gol Norte en total silencio. Nos colocamos junto a los demás aficionados cortijenses y nos dispusimos a ver el choque. Del partido poco que contar. Cabe destacar la gran tirria que le tienen al señor Benavente a pesar de haber sido abogado del señor Gil, extinto mandamás rojiblanco. En el descanso, fotos a pie de campo con corona incluida. La salida del estadio fue cómoda y sin escolta. Luego vino un pateo hasta la estación de metro que nos volvió a llevar a la estación de socibuses. Ya eran las 21 horas y ver a los gallitos de la categoría tocaba. Un pub con las cocacolas a solo 2´10€ nos acogió antes de cenar en un magnífico kebab que ya nos dejó para la puntilla antes de sentarnos en el poyete del andén. A las 12 cogimos el autobús de vuelta a la Ciudad del Betis y despedimos a nuestro acompañante de la provincia de Jerez, el cual viajaba directamente a la "Tacita".
La vuelta fue oscura. Me refiero a que íbamos con las luces apagadas y rodeados de ciudadanos de color negro. Tras una parada en un Abades con precios prohibitivos, llegamos a eso de las 6:10 a la estación Ana de Armas para comenzar un bello paseo uniéndonos a los que salían de Buda y enlazando con trifulcas en la puerta de Boss, en la calle que da nombre a esta ciudad. Y con eso acababa un desplazamiento fugaz, meritorio y siempre repetible para seguir a nuestros mercenarios que tanta gloria nos han dado estos años.
¡RECORREMOS BURGERS KINGS, SUPERAMOS LA CRISIS SOLO POR TI… EQUIPO MÁS GRANDE DEL SUR DE ANDALUCÍA!
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