Miercoles. Pocos minutos de las 5:40 horas pasaban cuando un socio de la VaV (S.M.A.O.) y un simpatizante de la misma (F.R.) pasaron el detector de metales sin mayor problema. Luego sabrían que su avion saldria 4 horas más tarde por cortesía de los bastardos de Atrápalo.com (ya os cogeremos). A la 1, llegada al humilde aeropuerto de Beauvais con un frío lamentable. Bajo cero cogemos el bus hacia París. Check-in en el hotel tras muchas vueltas por el distrito 14 y comida en el KFC. Tarde turística y cena tras un día eterno.
Jueves. A mitad de mañana más turismo con las miras ya puestas en el fútbol. Comida bajo la torre Eiffel entre palomas y gaviotas que nos intentaban quitar los bocadillos. Metro hasta el lugar de quedada entre Heinekens calentitas y lomo al jerez. Llegada al punto policial y corteo hasta la grada junto con los Biris. Llegada a la grada y colocación de la pancarta con hilo de pesca tras esperar a que los fieles de Nervión se decidieran a ver donde colocaban la suya del 35 aniversario. Fotos con coronas y bufandas. El partido transcurrió entre los piques habituales con los vecinos de grada rivales y un frío tremendo. Bello estadio. Corteo de vuelta hasta el metro y parada en el KFC antes de llegar al hotel.
Viernes. Tempranisimos viajes en metros hasta el autobus que nos condujera a Orly. Desayuno carisimo, avion y llegada a la capital sin incidentes y con todo el material. El miedo a Paris era una falacia.
VaV: NO SOMOS DIOS, PERO ESTAMOS EN TODOS LADOS.
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