En la noche de ayer, todo sevillista salió dolido del campo. El Almería, que llevaba nueve partidos sin ganar, llegó a Nervión sin nada que perder y se llevó los tres puntos. Antes, el conjunto almeriense eran los decimonovenos.
Este no es el camino a seguir. Que llegue un equipo que es carne de segunda a tu feudo y te pinte la cara, es algo que pasa muy pocas veces y que dice mucho de un equipo. El fantasma del pasado acecha el Ramón Sánchez-Pizjuán. No hubo juego, ni toque, ni pases acertados (Kanouté, el gran Kanouté, falló mas de una decena de pases), ni velocidad, ni tiros a portería... No hubo nada. Bueno, sí, hubo ridículo.
En la primera parte, Kanouté falló un clarísimo penalti por mano de la defensa almeriense y Jose Carlos estrelló un tiro al larguero que luego dió en el póster y botó dentro, aunque se salió. El árbitro no dió el gol. Es lo único reseñable que se puede hacer en la primera mitad, antes del debacle.
En el principio de la segunda parte, Vargas, en el minuto 48, anotó el primer gol del Almería, ante la pasividad de una inexistente defensa. Después, hubo un cambio que nadie comprendió: salió Negredo y entró Lautaro Acosta. En el minuto 80, Piatti metió un auténtico golazo desde la frontal del área nervionense en el que Palop no pudo hacer absolutamente nada. Algunos aficionados aplaudieron el gol y empezaron a abandonar el Sánchez-Pizjuán, para no coger tráfico a la salida, se supone.
Dos minutos más tarde, Kanouté transformó el gol del honor sevillista, tras pase del argentino Acosta. Aunque la esperanza de conseguir el empate estaba presente, el equipo no tuvo garra para conseguirlo. Alexis fue expulsado y dejó al Sevilla con diez. En el último minuto reglamentario, de nuevo Piatti, de tacón, anotó el tercero para el Almería.
Aquí es cuando empezó a discrepar la afición con el equipo y el palco. Lamentable imagen, una vez más, de nuestros jugadores, que son una auténtica banda. Vergüenza de equipo, que no sudan la camiseta que lleva nuestro bendito escudo, nuestro sentimiento.
Ya en la rueda de prensa, Goyo Manzano, entrenador, se aferró a la mala suerte. Es en lo que tiene que excusarse un entrenador que no está haciendo absolutamente nada.
El miércoles 15, a las 21:05 horas, jugamos contra el Borussia Dortmund una importantísima clasificación para la siguiente ronda de la Europa League. Como no se gane ese partido, Nervión arderá.
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